Hoy, me gustaría mostraos un apartamento de tan solo 36 metros cuadrados que me ha cautivado, básicamente por la buena distribución del espacio y por la sencillez de su decoración. De hecho, es en esta sencillez, donde pienso, que radica su éxito.
Para mi, destaca sobre todo, la luminosidad que da el color blanco por todos los rincones de la estancia, desde las paredes, al suelo pintado, o el mobiliario...y todo esto acompañado por los grandes ventanales que tiene, lo que ayuda a ganar amplitud, en este pequeño espacio.
Toda esta uniformidad, se rompe con gran acierto, principalmente por la pared de ladrillo visto, y el papel pintado donde esta situada la cama, de la marca Cole&Son, el cual simula ladrillos hidráulicos, y ayuda a dar sensación de profundidad.
Al mismo tiempo, me encanta ver plantas y flores frescas, por todos los rincones del apartamento. Consiguen dar un toque de color a la estancia, así como de vida.
En resumen, me parece un apartamento en el que se ha sabido aprovechar muy bien sus escasos metros, con pocas piezas pero bien escogidas, que lo hacen cómodo y funcional.
Pienso que a cualquiera nos gustaría vivir en él, por pequeño que sea, ¿no estáis de acuerdo?
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